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La energía nuclear sigue en la agenda del gobierno de Evo Morales y forma parte de una de las estrategias incluidas en la agenda del 2025. Ayer lo volvió a demostrar el presidente que durante su visita a Buenos Aires, no perdió la oportunidad de visitar la Central Nuclear Néstor Kirchner, ubicada en la localidad argentina de Lima, donde ratificó el interés boliviano en la integración energética con ese país.

 


En su visita oficial a la capital argentina de Buenos Aires, el Mandatario boliviano recorrió las instalaciones de la planta nuclear junto al ministro de Hidrocarburos y Energía, Luis Alberto Sánchez, y el poderoso ministro de Planificación de Argentina, Julio De Vido.

De acuerdo a la Comisión Nacional de Energía Atómica de Argentina, esa central es la tercera planta de generación nucleoeléctrica del país y posee una potencia bruta de 745 megavatios. El 18 de febrero pasado alcanzó su máxima potencia y comenzó a aportar 692 megavatios al sistema interconectado nacional. Argentina es uno de los pocos países en la región que ha apostado por esta polémica energía, que si bien es más eficiente que las de otras formas de obtención, su peligrosidad y la toxicidad de sus residuos han generado rechazo en todo el mundo. Bolivia ha firmado acuerdos con Argentina para transferir este tipo de tecnología.


Trabajo conjunto

Según versiones de prensa, Morales remarcó que ambos países están “trabajando en conjunto en el desarrollo de la energía nuclear en Bolivia con fines pacíficos” y puntualizó que tiene “mucho interés en contar con este tipo de tecnología”.

“Hace años que tenemos una alianza energética con Argentina. Tenía pendiente visitar esta central nuclear. Es impresionante”, manifestó.

Por su parte, De Vido destacó el trabajo conjunto de ambos país en esa área y aseguró que trabajan “fuertemente para aumentar la colaboración en materia de energía nuclear, fundamentalmente en el proceso de transferencia de tecnología que es central para el desarrollo de cualquier país soberano”.

Por su parte, el Ministro de Hidrocarburos y Energía sostuvo que esa visita evidenció la necesidad de Bolivia de “tener una relación directa para capacitar a todo el personal técnico y trabajar conjuntamente para llevar acabo estos proyectos”.

“Así que son muchos temas energéticos que hemos podido llegar en acuerdo y el mayor interés de nosotros es integrarnos energéticamente”, afirmó.

Asimismo, anunció que a fines de agosto un equipo de técnicos de Argentina visitará Bolivia para el inicio de construcción de la línea de transmisión eléctrica que conectará Yaguacua y Tartagal (Argentina). Según datos oficiales, Bolivia tiene en la actualidad una producción excedente de electricidad de 300 megavatios, y prevé alcanzar excedentes superiores a los 2.500 megavatios en la próxima década, con una inversión aproximada de 30.000 millones de dólares.

 

¿Dónde se ubicará el emprendimiento?

La decisión de instalar en Bolivia una planta nuclear ya está tomada, pero la ubicación tentativa de esa planta es un secreto de Estado, fundamentalmente por la alarma que generaría. En cualquier caso, los departamentos del sur como Tarija y Potosí, por los depósitos de materiales propicios con los que cuentan y por la intención declarada de obtener energía con intención de exportación, se convierten en lugares con más posibilidades para ser ubicados.

Tarija posee depósitos de torio y uranio, dos minerales radioactivos esenciales para la producción de energía nuclear. Se ha prospectado inicialmente que los depósitos se ubican en la provincia Arce, en torno al municipio de Padcaya, en comunidades cercanas a la frontera argentina como Cañas, Rejará y Mecoya. 

Se estima que la mayor reserva es de torio, un mineral considerado el futuro de la energía nuclear en el mundo, porque es menos contaminante y, a diferencia del uranio, resulta 100 por ciento utilizable. Aún se desconoce la magnitud de las reservas, sin embargo, el Servicio Nacional de Geología y Técnico de Minas (Sergeotecmin) confirmó en mayo del 2013 que existen “zonas riquísimas” y actualmente vienen trabajando desde Tarija en la identificación de esas reservas.


FUENTE: EL PAÍS