Imaginan la catastofre ecológica de un accidente de una central nuclear en alta mar. Aparentemente los horribles accidentes Chernobyl y Fukushima y sus terribles consecuencias no son escarmiento para los promotores de estas ideas.
Resulta que Rusia llevará el próximo año una central nuclear flotante para abastecer con energía eléctrica a la inhóspita región del Ártico.
La central está destinada a proporcionar energía a grandes empresas industriales, ciudades portuarias y plataformas de petróleo y gas en alta mar. La plataforma está diseñada a partir de plantas atómicas con las que están equipados los barcos rompehielos.
La central eléctrica flotante es un barco con un desplazamiento de 21.500 toneladas y una tripulación de 69 personas. La central no es autopropulsada y por lo tanto tiene que ser remolcada hasta el destino final, pero produce 70 megavatios de electricidad y 300 megavatios de calor, suficiente para abastecer una ciudad con una población de 200.000 personas.
Estas centrales flotantes son auténticas “bombas de relojería” y “un regalo para los terroristas”, ya que, éstas almacenarán casi una tonelada de uranio, y se necesitará una flota de guerra para garantizar su seguridad.
FUENTE: DIARIO ECOLOGÍA