Vesna Marinkovic U.

Bolivia exporta madera de manera legal y también hay importantes grupos de personas que se dedican al contrabando de madera, sin control efectivo al respecto. Lo que no hace Bolivia, con la madera, es la producción masiva de bioamasa, pese a los importantes recursos madereros y las varias experiencias que existen en el aprovechamiento de masas forestales para la generación de energía y creación de empleo.

Varios países, especialmente en Europa, han logrado el aprovechamiento de las masas forestales en base a líneas de trabajo como: la investigación, aplicación industrial y desarrollo local y regional, partiendo del diseño de bosques, su cultivo, monitoreo y explotación de plantaciones de rotación corta para la producción de biomasa de madera destinada principalmente a la generación de energía.

Entre las ventajas de esta iniciativa, destaca las mejoras ambientales asociadas al diseño y cultivo de bosques que también inciden en la prevención de incendios y el propio mantenimiento de los bosques que, hoy por hoy, lucen abandonados al avasallamiento y devastados por el interés de comercializar la madera solamente como materia prima que, de continuar, provocarán su sistemática desaparición. Y, atentar contra los bosques, también incide de manera desfavorable sobre el clima.

Por tanto, considerar la producción en grande de biomasa, traería a Bolivia una diversificación de su matriz energética, a tiempo de optimizar y multiplicar el acceso a la energía de importantes sectores de la población, además de mejorar la situación de los bosques, el medio ambiente y el cuidado de un recurso natural que no sólo debe estar asociado a la fabricación de muebles, ventanas y viviendas: debe estar vinculado a la generación de energía de una manera menos agresiva para el medio ambiente.

Al momento, no existe información suficiente sobre si el Gobierno está incentivando y mejorando la investigación y el desarrollo tecnológico para la producción masiva de biomasa en Bolivia. Una política de Estado, dirigida a mejorar los modelos de uso y generación de mercados, junto a la promoción de inversiones en la producción de biomasa de madera, sin duda que sería una opción interesante en un mundo ávido de energía y con una población en constante crecimiento.

Junto a planes de diversificación de nuestra matriz energética, es imprescindible considerar la apuesta por la generación de energía mediante un mayor rendimiento de la biomasa forestal, especialmente en un país como Bolivia que cuenta con importantes espacios boscosos que, al momento, son explotados principalmente para la fabricación de muebles y casas en el exterior. La gestión gubernamental también debería prever nuevas franjas de cultivo en zonas que actualmente son depredadas y/o desaprovechadas.

Por el momento, sería un gran paso contribuir a desarrollar políticas, estrategias, planes y proyectos dirigidos a fomentar diseños de gestión para un mayor y mejor uso de la biomasa, así como una currícula que permita la existencia de una red de profesionales especializados en la utilización de este tipo de recursos para, en definitiva, instituir nuevas fuentes de empleo, vinculadas a la generación de energía, especialmente en las zonas rurales del país.A título de cierre, señalar la importancia de consignar planes de comunicación educativa, como parte importante de esta iniciativa, dirigida a cubrir un importante número de actores involucrados.

FUENTE:
http://www.eldia.com.bo/index.php?c=Opini%F3n&articulo=Masas-forestales-y-energia&cat=162&pla=3&id_articulo=111391