Ubicar la política energética como eje estratégico municipal no ha sido, hasta ahora, una prioridad en los planes de los candidatos que podrían ser elegidos como autoridades municipales el próximo 29 de marzo. No es mucha la atención que los aspirantes le prestan a esta asignatura que, sin embargo, impregna todos los ámbitos de la gestión pública y también de la vida privada. Al final, estamos de acuerdo en que todo se mueve gracias a la energía, ¿verdad?

Sería interesante tener una propuesta dirigida a incorporar en la curricula estudiantil, una correcta gestión de los consumos energéticos en las ciudades, esas que de pronto aparecen tan iluminadas que hasta terminan por opacar a las estrellas, pero, que no tienen una adecuada política-una norma- de cómo manejar la energía en sus escuelas, universidades, instituciones públicas, empresas e industrias. Con seguridad que la idea no es promover ciudades en tinieblas pero sí una gestión municipal que regule el uso y el consumo de la energía de manera racional en las ciudades, sin que ello implique inseguridad ciudadana.

Cada vez es más urgente construir un nuevo modelo energético que sea más racional en los modos de obtener energía y también en la forma en cómo se la administra y se la consume. En este marco, las ciudades deben tener un papel importante en su definición, pues son los espacios donde se hace el mayor consumo de energía en la sociedad actual. Esto resulta vital incluso para enfrentar el controvertido y apocalíptico cambio climático.

Tampoco se ha escuchado, de parte de los candidatos, una propuesta que vaya a encarar un proyecto modelo para el tratamiento de escurrimientos pluviales que elimine o cuando menos minimice los serios problemas que ocasionan las lluvias en ciudades como Santa Cruz que, cada vez que llueve, soporta problemas insostenibles para muchos de sus habitantes. También sería interesante conocer proyectos para un mejor tratamiento de aguas residuales y con ello evitar la contaminación de los ríos, conteniendo objetivos que respondan a lineamientos establecidos por la normativa ambiental, como parte de una política de Estado.

Se sabe que estos no son proyectos fáciles de ejecutar pues en algunos casos hasta han demorado 35 años en ser implementados, como es el caso del proyecto que se llevó a cabo en Namur-Bélgica, donde se integró al sistema de drenaje combinado un proceso de tratamiento en sitio para las demasías generadas por las lluvias. Las ciudades avanzan, pero, sobre todo mejoran gracias a la lucidez de quienes las manejan, de manera que es derecho ciudadano exigir buenos liderazgos a la cabeza de los gobiernos municipales.

Una gestión municipal es fundamentalmente una cuestión de planificación urbana y debe contener ejes estratégicos de desarrollo para un correcto manejo de los recursos naturales y económicos. Debe ser ejecutada a partir de una política, estrategias y planes que permitan tareas municipales eficientes a favor de ciudades con un mayor sentido de las proporciones, del uso de la energía, del agua, etc.,etc. Hoy los municipios están cada vez más conscientes de su papel en la reducción de consumos energéticos, en la implementación de nueva tecnología que elimine riesgos de inundaciones y contaminaciones, y mientras más rápido se aprenda la lección, tendremos municipios con bienestar social, económico y ambiental.

Tener propuestas a favor del cuidado de los animales y en contra del "cruel servicio a domicilio" que prestan las carrozas jaladas por esqueléticos caballos para botar nuestros escombros, nos parece imprescindible, sin embargo, estas deben nacer de políticas integrales que abarquen una visión de conjunto del municipio que se pretender dirigir. Es urgente eliminar los paliativos y trabajar por políticas públicas de envergadura.



FUENTE: EL DÍA

AUTORA: Vesna Marinkovic



Ubicar la política energética como eje estratégico municipal no ha sido, hasta ahora, una prioridad en los planes de los candidatos que podrían ser elegidos como autoridades municipales el próximo 29 de marzo. No es mucha la atención que los aspirantes le prestan a esta asignatura que, sin embargo, impregna todos los ámbitos de la gestión pública y también de la vida privada. Al final, estamos de acuerdo en que todo se mueve gracias a la energía, ¿verdad?

Sería interesante tener una propuesta dirigida a incorporar en la curricula estudiantil, una correcta gestión de los consumos energéticos en las ciudades, esas que de pronto aparecen tan iluminadas que hasta terminan por opacar a las estrellas, pero, que no tienen una adecuada política-una norma- de cómo manejar la energía en sus escuelas, universidades, instituciones públicas, empresas e industrias. Con seguridad que la idea no es promover ciudades en tinieblas pero sí una gestión municipal que regule el uso y el consumo de la energía de manera racional en las ciudades, sin que ello implique inseguridad ciudadana.

Cada vez es más urgente construir un nuevo modelo energético que sea más racional en los modos de obtener energía y también en la forma en cómo se la administra y se la consume. En este marco, las ciudades deben tener un papel importante en su definición, pues son los espacios donde se hace el mayor consumo de energía en la sociedad actual. Esto resulta vital incluso para enfrentar el controvertido y apocalíptico cambio climático.

Tampoco se ha escuchado, de parte de los candidatos, una propuesta que vaya a encarar un proyecto modelo para el tratamiento de escurrimientos pluviales que elimine o cuando menos minimice los serios problemas que ocasionan las lluvias en ciudades como Santa Cruz que, cada vez que llueve, soporta problemas insostenibles para muchos de sus habitantes. También sería interesante conocer proyectos para un mejor tratamiento de aguas residuales y con ello evitar la contaminación de los ríos, conteniendo objetivos que respondan a lineamientos establecidos por la normativa ambiental, como parte de una política de Estado.

Se sabe que estos no son proyectos fáciles de ejecutar pues en algunos casos hasta han demorado 35 años en ser implementados, como es el caso del proyecto que se llevó a cabo en Namur-Bélgica, donde se integró al sistema de drenaje combinado un proceso de tratamiento en sitio para las demasías generadas por las lluvias. Las ciudades avanzan, pero, sobre todo mejoran gracias a la lucidez de quienes las manejan, de manera que es derecho ciudadano exigir buenos liderazgos a la cabeza de los gobiernos municipales.

Una gestión municipal es fundamentalmente una cuestión de planificación urbana y debe contener ejes estratégicos de desarrollo para un correcto manejo de los recursos naturales y económicos. Debe ser ejecutada a partir de una política, estrategias y planes que permitan tareas municipales eficientes a favor de ciudades con un mayor sentido de las proporciones, del uso de la energía, del agua, etc.,etc. Hoy los municipios están cada vez más conscientes de su papel en la reducción de consumos energéticos, en la implementación de nueva tecnología que elimine riesgos de inundaciones y contaminaciones, y mientras más rápido se aprenda la lección, tendremos municipios con bienestar social, económico y ambiental.

Tener propuestas a favor del cuidado de los animales y en contra del "cruel servicio a domicilio" que prestan las carrozas jaladas por esqueléticos caballos para botar nuestros escombros, nos parece imprescindible, sin embargo, estas deben nacer de políticas integrales que abarquen una visión de conjunto del municipio que se pretender dirigir. Es urgente eliminar los paliativos y trabajar por políticas públicas de envergadura.