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El banquero Aldemir Bendine, nombrado en Sao Paulo como nuevo presidente de la petrolera estatal brasileña Petrobras, asume una empresa sumida en su más grave crisis por un escándalo de corrupción y deberá enfrentar la desconfianza del mercado, que se reflejó en la bolsa de valores.
Bendini, el actual director del también estatal Banco do Brasil desde 2009, fue designado presidente en una reunión a puerta cerradas del Consejo de Administración de Petrobras para relevar en el cargo a María das Graças Foster, quien renunció el pasado miércoles debido al agravamiento de la crisis de la petrolera.

Recomendado para comandar el mayor banco público del país por el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva, Bendini es apuntado como un ejecutivo muy próximo a la mandataria brasileña, Dilma Rousseff, lo que generó desconfianza inmediata en el mercado, que prefería al ex titular del Banco Central Henrique Meirelles.
La oficialización del nombramiento, antes del cierre de los mercados financieros, llevaron a las acciones de Petrobras al terreno negativo y a comenzar a perder las fuertes ganancias de los últimos días con la expectativa de los inversores por el nombramiento del sucesor de Foster.
Las acciones preferenciales de Petrobras bajaron el viernes un 7,24% y fueron a su vez las más negociadas, con una participación del 15,11% en el volumen financiero del día, mientras que las ordinarias -con derecho a voto- retrocedieron un 6,42 % y ambas estuvieron entre los cinco valores que más perdieron en la sesión.
Ese desempeño de los títulos de Petrobras mantuvieron todo el día al índice Ibovespa de la bolsa en números rojos y a cerrar con un retroceso del 0,90 %.
El Consejo de Administración de Petrobras también nombró a otros cinco directores de la compañía, a los que el pasado miércoles, junto a Foster, les fue aceptada su renuncia.
La renuncia de Foster y los cinco directores se debió al agravamiento de la crisis de la empresa, que está en el eje de un gran escándalo de corrupción investigado por la Policía.
El caso se refiere al pago de sobornos multimillonarios, durante la última década, a políticos y ejecutivos de Petrobras con fondos de la petrolera y de empresas que tenían contratos con la estatal.
En el curso de esta investigación han sido detenidos tres ex directores de Petrobras, encabezados por Paulo Roberto Costa, que era titular de Abastecimiento y está en prisión domiciliaria después de un acuerdo de delación premiada a cambio de reducción de pena.
También están entre los detenidos el empresario Alberto Youssef, quien presuntamente dirigía una mafia de lavado de dinero en sus casas de cambio, y directores de siete de las principales constructoras del país, acusadas de pagar sobornos a la estatal para beneficiarse de contratos.
Aunque no incluyó el cálculo en su balance, Petrobras estimó que sus activos fueron sobrevalorados en 88.600 millones de reales (unos US$34.500 millones), debido al aumento del precio de 31 contratos con constructoras y proveedores entre 2004 y 2012, aunque esta cifra no incluye las pérdidas derivadas del pago de sobornos.
Petrobras, según lo informado el último 27 de enero, obtuvo un beneficio neto de 3.087 millones de reales (unos US$1.190 millones) entre julio y septiembre de 2014, una cifra un 38% inferior a la del trimestre anterior.
La pérdida de credibilidad por la corrupción le ha causado a la empresa, la mayor de Brasil, grandes problemas para captar fondos en los mercados internacionales, por lo que se ha visto obligada a reducir al mínimo sus inversiones para los próximos años.
Entre otros proyectos, Petrobras abandonó las obras de dos grandes refinerías con las que Brasil pretendía convertirse en los próximos años en un importante exportador de combustibles.

FUENTE: americaeconomia