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Levy asumió formalmente su cargo acompañado de otros ministros del nuevo mandato que la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, inició el pasado 1 de enero.

El nuevo ministro de Hacienda de Brasil, Joaquim Levy, ratificó que se limitará el papel del Estado en la economía, se impondrá una férrea disciplina en las cuentas públicas y que habrá una fuerte reducción del gasto, la cual será precisada en las "próximas semanas".

Levy asumió formalmente su cargo acompañado de otros ministros del nuevo mandato que la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, inició el pasado 1 de enero y también por numerosos empresarios del país, que le dieron un voto de confianza a su gestión.

El nuevo ministro reiteró que recuperar la senda del crecimiento económico requerirá de una férrea disciplina fiscal, objetivo que admitió "no siempre es fácil" de alcanzar, "sobre todo por las demandas de una población que quiere mejoras inmediatas".

No obstante, sostuvo que con un Estado "disciplinado" y con sus cuentas en orden, con "estabilidad institucional" y con políticas que le den una nueva dinámica a la empresa privada, "será logrado".

Levy, economista e ingeniero de 53 años que proviene de la banca privada, recibe el Ministerio de Hacienda con la economía al borde de una recesión tras cuatro años de bajo crecimiento y alta inflación, así como con las cuentas públicas y la balanza comercial en rojo.

No obstante, sostuvo que los "fundamentos" de la economía del país "son buenos", aunque requieren de ajustes para corregir "distorsiones" que impiden la retomada del crecimiento.

"La disciplina fiscal es la llave de la confianza y el desarrollo del crédito, que permitirá a los más emprendedores llevar a cabo sus proyectos y contribuir a la creación de empleos", declaró.

Afirmó, además, que el país "está en plenas condiciones de tener disciplina fiscal sin afectar derechos sociales o deprimir su economía".

Levy explicó que esa disciplina fiscal implicará una reducción del gasto estatal, que será dimensionada en "las próximas semanas", y también un mayor "control" sobre el papel de la banca pública, que será limitado después de que, en los últimos años, fue utilizada para financiar a sectores industriales en problemas.

Sobre el sector privado, aseguró que debe ser más activo, pero también que se le debe garantizar la "libre iniciativa" en un marco de políticas "previsibles", con "plena seguridad jurídica" y medidas que demuestren que "vale la pena trabajar sin depender para todo del Estado".

Según Levy, de esa manera "se abrirán innumerables oportunidades" para mejorar la rentabilidad de las empresas y los salarios de los trabajadores, así como se garantizará que prosigan las políticas estatales dirigidas a una mayor inclusión social.

Levy reemplazó en el cargo a Guido Mantega, quien lo ocupó durante los últimos ocho años y nueve meses y decidió apartarse por cuestiones personales.

De acuerdo con el nuevo ministro, la permanencia de Mantega en ese cargo durante un período tan prolongado fue "una de las mayores pruebas de estabilidad de la economía" y de la "consolidación" de las instituciones democráticas en el país.

Levy también agradeció a Mantega haber dado los primeros pasos hacia una reducción del gasto público, al anunciar hace diez días unas normas más rígidas para el acceso al seguro de desempleo.

Una de esas medidas establece que todo trabajador que quede sin empleo por primera vez comenzará a recibir la asignación oficial sólo si llevaba contratado al menos 18 meses y no seis, como era hasta ahora, lo cual se prevé que reducirá el gasto por ese concepto en 18.000 millones de reales (US$6.666 millones) al año.

FUENTE: AMÉRICA ECONOMÍA