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El presente Diálogo con Jairo León, secretario técnico del Comité Colombiano del Consejo Mundial de Energía (COCME), nos remite a la certeza existente en el sector de que ya no es posible reducir el consumo de energía en el mundo, pero, que es vital hacerlo de manera eficiente. Un desafío que, sin embargo, no aleja las incertidumbres en uno de los sectores más poderosos de la economía mundial.

Vesna Marinkovic U.

1 ¿Observa convergencias entre los líderes energéticos congregados al amparo de la Asamblea Ejecutiva del WEC en Cartagena?

Vemos que hay convergencia entre los diferentes líderes mundiales por garantizar la seguridad energética a escala global. Sin embargo, no es un compromiso que se queda a nivel de países sino que requiere un acuerdo a nivel mundial, atendiendo la equidad social y la sostenibilidad ambiental; generando prácticas de eficiencia energética que hagan el consumo de energía más racional y permitan la incorporación de tecnologías y energías renovables en las canastas energéticas.

2 Se lee, en el análisis del sector, que al momento habría 1,2 mil millones de personas marginadas de las energías. Si estas accedieran hoy, ¿el sector estaría capacitado para hacer frente a esta demanda?

En este momento atender esa demanda de personas que no tienen suministro de energía moderna es muy costoso, implica grandes inversiones y en este momento los sectores a nivel mundial no disponen de los capitales para hacerlo. Es necesario conseguir esos recursos y una de las posibilidades sería ver las alianzas público-privadas. Hay inversionistas dispuestos pero quieren políticas coherentes y consistentes, reglas de juego claras. Los gobiernos y los formadores de política deben generar toda una serie de políticas y regulaciones que atraigan esas inversiones, en el orden de alrededor de los 40 trillones de dólares de acá a los cincuenta. Es una cantidad muy grande y es claro que en este momento no se tiene.

3¿Qué significaría a nivel global o cuando menos para la región, una política energética coherente?

Bueno, para la región los diferentes gobiernos deberían tener clara la necesidad de generar intercambio, cooperacióny colaboración entre todos ellos. En América Latina se tiene mucha diversidad de recursos. Bolivia tiene gas, petróleo en Venezuela, en Argentina y Colombia hay agua. Indudablemente están distribuidos asimétricamente; hay unos que tienen más y otros menos. La optimización de los recursos debe ser por medio de acuerdos entre países, de tipo ambiental y energético. Esto no se ha logrado hasta ahora por asuntos básicamente de tipo ideológico.

4 ¿Esto apunta a la integración?

Pongamos por ejemplo el CINEA, que es la interconexión andina, sería un buen proyecto. También los acuerdos que hay en Centroamérica para la interconexión de todos los países de esa región. Si se hace el acuerdo entre Colombia, que tiene bastante agua, y Panamá, el primero podría vender con costos bajos y competitivos a todos los países de Centroamérica. Con Panamá llevamos muchos años buscando la interconexión y siempre ha habido obstáculos de tipo político. En este momento parece que ya se despierta y podría ser que para el 2018 tengamos ya la línea de interconexión con Panamá hasta Guatemala.

5 ¿Es posible pensar realmente en una integración regional?

Por el momento energética pero va haber una conversión hacia allá. Se está viendo (un cambio) en los gobiernos que hace años eran muchos más reacios en cuanto al intercambio y a depender de los recursos de otros países. Éstos pueden obtener energía más barata o si tienen combustibles con precios muy altos pueden intercambiar. Los gobiernos van a tener que comprender que la colaboración y la cooperación son básicas para este asunto.

6 En todo esto parecer vital la voluntad política, ¿ verdad?

Indudablemente, la voluntad política, como la llaman los diferentes panelistas, es fundamental. Es decir, tienen que ser países que se despojen de sus ideologías y vean la necesidad que su gente tenga un suministro de energía confiable, sostenible y sacar así a mucha gente de la pobreza. Realmente la energía es reducción de pobreza. Quien accede a ella puede acceder a salud, educación y los diferentes servicios de la sociedad moderna. Las personas que no tienen energía están en una situación de exclusión social que no es algo bueno para la gobernabilidad de un país.

7 ¿Cómo se asocia el tema de tecnología en todo este escenario?

La tecnología es algo básico, con una agravante: cambia mucho, es muy dinámica, cada vez es mayor. La tecnología la tienen los paísesgrandes, los de la región no tienen tanto desarrollo. Deben adoptar y adaptar la que llega. Entonces, muchos países no tienen plata para tomar la última tecnología pero si pueden tomar una ya probada que haya servido y aplicarla a esos países. Ahí es donde juegan los empresarios, el sector económico de la energía, en facilitar y difundir esas tecnologías entre los diferentes pueblos. Vemos que el sector rural es el más golpeado por falta de energía, consumen todavía mucha biomasa, mucha madera y están con problemas de salud. Con tener desarrollo en energía solar o eólica en esas regiones se daría una calidad de vida totalmente diferente a la que tienen ahora.

8 La demanda crece y se estaría fagocitando los recursos naturales. ¿Cómo se están viendo estas aristas complicadas?

No se trata de reducir el consumo de energía, se trata de consumir la energía con eficiencia y esta es pura tecnología. Por ejemplo, los edificios son los principales productores del uso irracional de la energía. En general, estas edificaciones necesitan mucha energía para funcionar. Hoy por hoy, ya hay edificios verdes. Tienen ventanas más grandes y regulan la entrada de la luz y el calor solar. Como dice el WEC, la eficiencia energética es otra fuente de generación de energía. Entonces, la eficiencia energética es un punto clave en América Latina para desarrollar buenas prácticas de consumo. No se trata de reducirlo, sino de hacerlo eficiente y menos contaminante. En el Triángulo Energético es claro que la sostenibilidad ambiental -y uno de sus ejes es la eficiencia energética-, la tecnología y la diversidad de la canasta energética son los factores clave. La canasta energética en Colombia tiene fuentes hídricas, térmicas y de combustibles fósiles, pero hay que meterle eólica y solar. Hay que diversificar esa canasta y tener en los próximos años una participación de al menos un 20 porciento proveniente de estas energías; lo que implica tecnología.

9 ¿Algo que desee agregar?

La eficiencia es la clave y, sobre todo, la equidad social. Es importante tener un uso eficiente y racional. Ese es un tramo difícil de balancear. En América Latina hay que construir centrales, obras, gasoductos, unidades de transmisión; para poder tener un suministro seguro para la economía y la gente. Eso significa dinero, pero además están las comunidades, que se ubican generalmente donde el Estado no tiene presencia y ven en esto la oportunidad de satisfacer ciertas necesidades básicas. Entonces demandan compensaciones y esto incrementa los costos de los proyectos. En la parte medioambiental, cualquier política energética que no sea sostenible no va a funcionar.