COLUMNA TEMAS

¿Somos un país patético?

2020-06-12 00:43:54 / EL DÍA

¿Desaparecer al hombre en aras del progreso?

2020-05-13 20:06:15 / EL DÍA

El ser humano, una triste paradoja

2020-04-27 13:59:08 / EL DÍA


Ver más notas
En su libro "The zero marginal cost society", Jeremy Rifkin imagina un futuro colaborativo en el cual servicios como las telecomunicaciones, el transporte y la energía, se vuelven prácticamente gratis. En el caso de la energía, prevé un salto parecido al que ocurrió entre la Internet original y la Web 2.0. En la Internet original nos limitábamos a leer contenidos de grandes fuentes como diarios, algunos blogs, realizar compras en grandes tiendas online, etc. Cuando llegó la web 2.0 en cambio, cada persona empezó a ser un generador de contenidos subiendo fotos, videos, comentando en los diarios, conectando en redes sociales.

Hoy en la Argentina, como en la mayoría del mundo, la energía eléctrica fluye de las grandes generadoras (térmicas, hidroeléctricas, nucleares) hacia los consumidores. En un país extenso como el nuestro, dicho transporte le hace perder al sistema un 14% de la energía generada. Es decir que 14% de la energía que producimos se pierde solamente en transportarla.

Algunos países, como España, Australia, Italia e incluso Uruguay, ya están trabajando en proyectos para que los usuarios que tengan instalados sistemas de generación de energía (solar o eólica) en sus hogares puedan vender el sobrante a la red cuando no la están utilizando, por ejemplo cuando están de vacaciones. Si bien, en la Argentina, estamos lejos de contar con esta "energía 2.0" se han logrado algunos avances en los últimos años.

EL CASO IRESUD

Iresud es un proyecto que se inició en 2011, financiado por el Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC), e implementado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Se trata de un consorcio formado por entidades públicas, como la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Universidad Nacional de San Martín, y empresas privadas, como Edenor, Aldar y Q-Max, entre otras.

El proyecto tiene por objeto introducir en el país tecnologías asociadas con la interconexión a la red eléctrica, en áreas urbanas y periurbanas, de sistemas solares fotovoltaicos (FV) distribuidos, contemplando para ello cuestiones técnicas, económicas, legales y regulatorias.

A tal fin, se propuso:

a) Desarrollar e impulsar el establecimiento de instrumentos (legislación, normativa, etc.) que promuevan la instalación en el país de sistemas FV distribuidos conectados a la red.

b) Instalar sistemas FV en los organismos de ciencia y tecnología involucrados, para análisis, ensayo, determinación de eficiencia y calificación de diseños y componentes de sistemas.

c) Diseñar, instalar y operar sistemas FV piloto, ubicados en viviendas y edificios públicos y privados, conectados a la red pública de baja tensión.


Hasta la fecha, han instalado 20 sistemas fotovoltaicos con una potencia total de aproximadamente 75kW, conectados a la red de baja tensión y otros 15 se encuentran en etapa de diseño o construcción. Las instalaciones se ubican en distintos puntos del país y tienen como objetivo difundir y promover el uso de la tecnología fotovoltaica en áreas urbanas y establecer en las diferentes regiones el contacto con la distribuidora local. Se espera llegar al final del proyecto en abril de 2015 con una potencia instalada de 200kW.

En un primer momento, el proyecto fue pensado para la ciudad de Buenos Aires, pero luego se nacionalizó. Julio Durán, jefe del departamento de Energía Solar de la CNEA, destaca este proceso de expansión a todo el país como uno de los principales logros del proyecto: "Para su finalización, se contarán con 40 instalaciones piloto que permiten demostrar la factibilidad del uso de la energía solar, la especialización de RRHH y la concientización a nivel social de la necesidad de utilizar las energías renovables para complementar el uso de combustibles fósiles".

Por otra parte, Durán destaca que, en el plano de la reglamentación técnica, en la Asociación Electrotécnica Argentina (AEA) se creó en 2011 el grupo GT-10H, conformado por representantes de diversos organismos públicos y empresas privadas. Además se desarrolló la reglamentación AEA 90364-7-712 "Sistemas de suministro de energía mediante paneles solares fotovoltaicos", hoy en pleno proceso de discusión pública.

Parecería que con la infraestructura eléctrica actual, podría lograrse un sistema distribuido. "Son fáciles de instalar y compatibles con la red de distribución actual. Por eso en una primera etapa no es necesaria ninguna mejora de la infraestructura eléctrica", explica Durán y agrega: "Por supuesto que si estos sistemas se llegasen a utilizar en forma masiva, sería necesario alguna mejora y/o modificación del sistema convencional. Por ello, algunas universidades y organismos públicos comenzaron a estudiar el tema de redes inteligentes que servirían para direccionar en forma conveniente los flujos de energía desde los sitios de generación hasta los de consumo".

¿Cuáles son los desafíos para los próximos años? Durán es contundente al respecto: "El mayor desafío es desarrollar una legislación para la promoción de los sistemas de generación distribuida. Se ha analizado el tema con diferentes actores. Hoy se está finalizando la elaboración de un documento a ser presentado ante la Secretaría de Energía con una propuesta concreta sobre tarifas e incentivos".

Fuente: La Nación