Le presentamos un resumen del perfil energético mundial, elaborado por Alberto Muller en 2012 lo cual nos permitirá cotejar algunos datos con los que actualmente se manejan en el sector. El autor sostiene que “la última “esperanza” de los hidrocarburos son los de extracción difícil (llamados no convencionales)”. La presentación del autor puede ser recabada en nuestro sitio web en la sección para pdf bajo el título “Energía: Perspectivas en el mundo y en la Argentina”

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El perfil energético mundial

 

 

Le presentamos un resumen del perfil energético mundial, elaborado por Alberto Muller en 2012 lo cual nos permitirá cotejar algunos datos con los que actualmente se manejan en el sector. El autor sostiene que “la última “esperanza” de los hidrocarburos son los de extracción difícil (llamados no convencionales)”. La presentación del autor puede ser recabada en nuestro sitio web en la sección para pdf bajo el título “Energía: Perspectivas en el mundo y en la Argentina”

 

Alberto Muller


El patrón energético que muestra el mundo hoy refleja la gran importancia de los hidrocarburos, y de la energía fósil en general. La composición de la energía primaria es la siguiente: Energía Hidraúlica con 2, 40%; Nuclear, 6,60%; Gas Natural, 22,30%; Petróleo, 36,40%; Carbón Mineral, 2820%; Leña y Resto, 4,10%.

 

 

El 94% de la energía del mundo procede de fuentes fósiles y uranio; más de un tercio es representado por el petróleo. (Cuadro 1)

 

LA DEPENDENCIA DEL PETRÓLEO

 

La dependencia del petróleo trae como primera consecuencia que la localización de producción y consumo no coinciden. Dick Cheney alguna vez aludió a que “el petróleo no está donde debería estar”.

 

Pero esto no es exactamente así: alguna vez estuvo mayormente en USA (su pico de producción fue e 1970, y luego declinó). Sólo que se acabó... Esto es obvio puesto que frente a diferentes niveles de desarrollo, el petróleo se agotará antes en los lugares de mayor consumo. Y hoy día estamos precisamente en esa situación: Medio Oriente y Europa Oriental-Eurasia concentran el 50% de la producción mundial, pero sólo el 15% del consumo (Cuadro 2).

 

¿Y EL CARBÓN?

 

En el caso del carbón, la distribución se encuentra más equilibrada. Pero esto no responde sólo a una cuestión geográfica, sino también a la mayor versatilidad del petróleo. Las reservas de carbón se gastan más lentamente, porque allí donde no existe carbón, la decisión no es importarlo, sino usar el petróleo, por su mayor rendimiento (una tonelada de carbón rinde calóricamente 0,7 teps; y además tiene menor versatilidad en cuanto al uso).

 

Claramente éste no era el caso en la era previa al petróleo, que coincidió con la de la tracción a vapor del ferrocarril, y el auge de este modo de transporte (y también del generalizado uso del vapor como fuente mecánica).

 

LA NOVEDAD DEL GAS

 

La mayor novedad es el gas, en cuanto logró convertirse en un commodity. Hasta hace algunos años, su transporte se limitaba al uso de gasoductos; pero, hoy día, mediante buques que transportan GNL, es relativamente accesible en cualquier lado (aunque requiere instalaciones muy especializadas).

 

De todas formas, gracias sobre todo al suministro del gas ruso a Europa Occidental, el grueso de lo que se comercializa entre países corresponde todavía a ductos.

 

Hay que aceptar que el stock de energías fósiles (y del uranio) es fijo, si se compara el tiempo de formación con el de uso. La pregunta es entonces la siguiente: ¿qué disponibilidad tenemos a futuro de estas fuentes energéticas?

 

NO ES CREIBLE

 

Como es obvio, esta pregunta no se responde fácilmente; básicamente, porque la información publicada sobre reservas no es creíble. Por un lado, es un dato estratégico que tiende a esconderse; por el otro, es un dato que se emplea entre los países de la OPEP para administrar las cuotas.

¿Porqué cuotas? La OPEP es una suerte de oligopolio, donde cada país miembro produce una cierta cantidad, aprobada entre ellos. Esto responde a que al ser la demanda del petróleo poco elástica, cualquier incremento “excesivo” de producción lleva a que el precio se derrumbe.

 

De hecho, hasta hace una década aproximadamente, el petróleo estaba mayormente sobreofertado. Como las cuotas se asignan en función de las reservas, hay interés en declarar un volumen elevado. Pero está claro que ese dato es “intramuros”. Lo que se publica es simplemente un número que se considera adecuado (Cuadros 3 y 4).

 

CUESTIONES TÉCNICAS

 

Hay además algunas cuestiones técnicas. Una de ellas es que los datos históricos de reservas no se actualizan, en función del rendimiento efectivo de los yacimientos. Cuando esto se realiza, el cuadro es totalmente distinto: las reservas de petróleo vienen cayendo.

 

Veamos el tema más técnicamente. En su momento, Hubbert desarrolló una técnica que, partiendo de la curva típica de desempeño de un yacimiento individual, estimó el pico de producción del petróleo en EEUU, en el año 1956. El año previsto fue 1970, y esta previsión fue acertada. Se han ensayado a partir de allí previsiones análogas, pero para todo el mundo. Estos ejercicios son difíciles, sobre todo porque no queda claro si logran considerar la explotación de los yacimientos no convencionales (ni siquiera está clara la definición de este tipo de yacimientos).

 

Hay varias estimativas. Laherre y Colin Campbell estarían situando el año en torno de 2015. La perspectiva es que la producción no podrá sostenerse e irá declinando gradualmente, llevando a un incremento continuo de precios (habida cuenta de la baja elasticidad de sustitución).

 

El shock petrolero verificado a partir de 2004 – menos ruidoso pero mucho más duradero de los anteriores – sugiere que esta perspectiva estaría en vías de verificarse. El tener reservas “para 40 años”, más allá de algunas falacias en su cálculo, no es razón para suponer que el problema aparecerá en 40 años.

 

Los 40 años no son de producción constante, sino decreciente (curva de Hubbert).El problema ya está apareciendo ahora, y posiblemente sea una explicación para algunos cambios radicales en la geopolítica mundial.

 

EL EFECTO INVERNADERO

 

A esto se adiciona el efecto invernadero, producto de la acumulación de CO2 y gas metano en la atmósfera. Esta acumulación genera una “capa” que retiene una porción mayor de la radiación de cuerpo negro que produce la tierra. El aumento de emisiones estaría produciendo un calentamiento global, con importantes consecuencia. Un factor central aquí, pero no el único, es la emisión de CO2 por obra de la combustión de combustibles fósiles (Cuadro 5).

 

Sobre esto, hay polémica, y no vamos a entrar en el tema aquí. Sólo podemos decir lo siguiente: si realmente esta acumulación ha ocurrido (algo que sugiere el análisis de los estratos de hielo en los casquetes polares), y tiene efectos climáticos, estamos frente a un fenómeno inédito.

 

La OPEP es una suerte de oligopolio, donde cada país miembro produce una cierta cantidad, aprobada entre ellos...”

 

Sería la primera vez que la humanidad es capaz de producir un cambio climático a nivel global. Y si realmente esto ocurrió tal como se sostiene, estamos frente a una perspectiva muy difícil. Aun si parara la emisión de CO2, lo que se acumuló tardaría un tiempo importante en absorberse; y reducir la emisión a niveles “normales” no es una tarea sencilla. Lo que más puede contribuir – paradójicamente – es el agotamiento de los combustibles fósiles... Si es así realmente – o si en cambio se trata de un ciclo secular, ajeno a la acción antrópica – no lo sabemos. Es razonable de todas formas tomar medidas, por razones precautorias. Esto tiene una indudable incidencia en las opciones energéticas a tomar a futuro.

 

PERSPECTIVAS Y ESTRATEGIAS

 

En el marco de la perspectiva mundial, está claro que el ciclo de los hidrocarburos está en vías de conclusión. Visto globalmente, se habrá tratado de un ciclo de unos 300 años. Un auténtico “ciclo del petróleo”.

 

La última “esperanza” de los hidrocarburos son los de extracción difícil (llamados no convencionales). Esto forma un amplio conjunto, que incluye esquistos bituminosos, petróleo y gas contenido en roca y yacimientos a gran profundidad (el pre-sal de Brasil es un ejemplo).

 

Las opciones más inmediatas son el gas y el carbón; pero también enfrentan sus propios picos (más próximo el del gas, más lejano el del carbón). Por otro lado, su sostenibilidad es relativa, en términos ambientales (en particular en el caso del carbón).

 

OPCIONES

 

Las opciones principales al alcance hoy día (alternativas al petróleo) son las siguientes:

Generación eléctrica exclusivamente:

- Energía hidráulica
- Energía eólica
- Energía nuclear
- Solar fotovoltaica
- Energía mareomotriz

Fuentes térmicas exclusivamente:

- Solar por colectores de calor
- Geotérmica de baja temperatura
Fuentes “universales”:
- Carbón
- Biomasa – biogás de desechos
- Biocombustibles
- Hidrógeno
- Geotérmica de alta temperatura

 

 

 

 

... los datos históricos de reservas no se actualizan, en función del rendimiento efectivo de los yacimientos...”