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El blackout que afectó al norte grande a comienzos de julio, y que dejó sin suministro a mineras, industrias y a varios miles de clientes residenciales, tuvo un efecto inesperado: el sistema eléctrico chileno por primera vez inyectó electricidad hacia Argentina.

Los problemas para recuperar el suministro tras la falla del pasado 2 de julio, que afectó al 90% de la demanda del Sistema Interconectado del Norte Grande (SING), incidieron en la reactivación de la línea que trae la energía desde la central Salta, ubicada en el vecino país y que es propiedad de AES Gener.

Este tendido, en desuso desde 2009, permitió traer energía desde el otro lado de la cordillera para suplir el déficit, acelerando la recuperación del SING.

Lo que comenzó a suceder hace un par de semanas es que el sistema chileno comenzó la devolución de la electricidad que aportó Argentina.

Altas fuentes del Ministerio de Energía confirmaron gestiones gubernamentales permitieron obtener las autorizaciones por parte de la autoridad trasandina para usar la citada línea.

Asimismo, en AES Gener admitieron esta exigencia de devolver la electricidad, ya sea con un pago en dinero, gas o electricidad. Este proceso está en marcha hace algunas semanas y está funcionando mediante un protocolo entre los organismos coordinadores, los cuales determinan el momento oportuno para los envíos desde Chile, a fin de no afectar la estabilidad de ambas redes.

En junio de 2013 AES Gener comenzó a tramitar ante el Centro de Despacho Económico de Carga del SING y su par trasandino, el SADI, los permisos para volver a usar su línea, de 600 kilómetros de extensión, que permite transportar del orden de 
400 MW.

Como parte de dicho proceso, la filial de la estadounidense AES Corp. adjudicó a la trasandina Sieye Consultores un estudio de factibilidad técnica de la iniciativa.

Obtenidas las autorizaciones, durante el primer trimestre de este año, la generadora realizó pruebas técnicas, transportando en forma bidireccional “paquetes“ de energía de unos 50 MW, lo que permitió asegurar la operatividad de la línea.

El reto era lograr el tránsito de la energía en ambos sentidos, ya que el uso tradicional de la línea era traer a Chile energía producida en la central Salta.

Si bien el plan de la eléctrica era aprovechar las holguras de generación que hay en el SING, considerando los más 4.000 MW de capacidad habilitada allí, frente a una demanda máxima que bordea los 2.200 MW, o bien la posibilidad de captar precios que pueden ser más ventajosos en el mercado argentino, la alternativa más clara para este tipo de intercambios energéticos, dicen en la industria, sería el apoyo en situaciones de emergencia, como el apagón de julio.

La línea podría transportar de una sola vez hasta 250 MW de energía sin que haya riesgo de desestabilizar al SING.

Fuente: Diario Financiero