Cuando se observa que Bolivia retorna de un modelo de priorización del mercado; definido por lo que se denomina la tendencia neoliberal, hacia una exaltación del Estado, el peso de los intereses económicos que influyen en este negocio, no ha dejado de rondar la gestión energética.

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Lea usted: Las encrucijadas
de la Bolivia gasífera

Iván Rodríguez
Ricardo Michel
Nelson Cabrera


Cuando se observa que Bolivia retorna de un modelo de priorización del mercado; definido por lo que se denomina la tendencia neoliberal, hacia una exaltación del Estado, el peso de los intereses económicos que influyen en este negocio, no ha dejado de rondar la gestión energética. Esto es lo que, a simple vista, se puede deducir del diálogo establecido en el último coloquio organizado por ENERGÍABolivia. Les pasamos algunas de las posturas.

 

Vesna Marinkovic U.

 

El desarrollo económico de un país está en función de los mercados de exportación de los recursos naturales, dice Ricardo Michel, ex gerente general de YPFB entre 1984-1985, en la apertura del coloquio que congregó a Iván Rodríguez, ex vicepresidente de operaciones de la ex Transredes S.A., y a Nelson Cabrera, ex vicepresidente nacional de operaciones de la estatal petrolera.

Michel comenzó señalando que Bolivia todavía no sabe el estado actual de las reservas de hidrocarburos, remarcando que uno de los temas importantes es entender que el desarrollo económico del país está en función de los mercados de exportación en América Latina.


Destacó la presencia de los mercados de Brasil y Argentina asegurando que por mucho tiempo más, estos continuaran siendo “buenos” mercados para el gas boliviano y que, sin embargo, esto pasaba por asegurar el caudal de reservas por la vía de una exploración intensiva que, en su criterio, no debería postergarse por más tiempo.

 

Está convencido de la necesidad de gas que tienen estos países en el corto plazo y que en el mediano y largo plazo, se deberá tener una “negociación inteligente” con los mismos en materia de volúmenes y precio; asegurando que, por el momento, “no hay por qué preocuparse”.

 

Sin embargo, no dejó de advertir que más adelante se tendrá que ver de bajar esa tasa de exportación, en función a la demanda del mercado interno.

 

Bolivia está, después de la nacionalización, entre los países que tiene más provisión de gas hacia las regiones deprimidas...”

 


OLVIDARSE DEL LNG

“Bolivia tiene que fijarse mercados, olvidarse del LNG por ultramar que requiere grandes inversiones y significativas reservas de gas, y hay que ver cuánto tiene para su propio consumo, el resto debe exportar a sus mercados cautivos”, dijo Michel en una clara aceptación de que la economía boliviana está sustentada en una dinámica extractiva de los recursos naturales dirigida principalmente a la exportación.

 

Con todo, reconoció que Bolivia está, después de la nacionalización, entre los países que tiene más provisión de gas hacia las regiones deprimidas, como ser el campo y las zonas periféricas, aunque precisó que la Argentina ocupa el primer lugar en ser una economía “gasificada”, en tanto Brasil aun no habría alcanzado a cubrir sus favelas con gas.

 

“Argentina tiene el sistema de distribución domiciliaria más grande de América Latina; su calidad de vida está en función del gas que distribuye, por eso es que será siempre un buen mercado a pesar de Vaca Muerta, es una economía gasificada, en Patagonia ya se tenía gas domiciliario hace muchos años”, dijo Michel.

 

Agregó que la Argentina, con una densidad de población de aproximadamente 40 millones de habitantes, está consumiendo actualmente entre 140 a 150 mmm3/día de gas que, en su criterio, sería dos veces más de lo que está produciendo Brasil actualmente para sus 200 millones de habitantes.

 

Precisó que Brasil produce 60 mmm3/día de gas e importa 30 de Bolivia frente a un consumo es 30 mmm3/día, la mitad de Argentina con cinco veces más de población, a lo que Iván Rodríguez acotó que Brasil hace dos décadas recién que se ha incorporado a la cultura del gas y que, en esas condiciones, habrá que ver cuál será la tasa de uso de gas per cápita de aquí a unos 30 ó 40 años, para compararlo con la Argentina.

 

NO SOMOS UN PAÍS PETROLERO

Más adelante, Michel dejó claro que Bolivia no es un país petrolero y que debe concentrarse en el gas, aunque reconoció la urgencia de encontrar líquidos como una forma de encarar la dependencia del diésel y gasolinas importados.

 

Reiteró que: ”para hacer GNL en ultramar se debería tener el rango de un país petrolero y voy a insistir que no somos un país petrolero, por ejemplo, de la talla de Venezuela o México”, en esa línea, agregó que Brasil tiene ahora más recursos de petróleo con el Presal y Argentina con Vaca Muerta, que engloba la cantidad de recursos hidrocarburíferos de este país.

 

“Mantengo la tesis de que Bolivia tiene dos mercados seguros de gas; Argentina y Brasil, el resto de Latinoamérica, llamese Uruguay o Paraguay, que no deja de ser un mercado creciente; es, sin embargo, pequeño y se tendría que pensar probablemente en el sistema de “soaps” que primero pasa por vender gas a otro país más cercano que, en este caso sería Argentina”, anotó.

 

DE LOS NO CONVENCIONALES

Para Michel, Vaca Muerta en Argentina “no será la panacea” en materia energética, pues considera que este país siempre va a necesitar gas de Bolivia en la medida que el desarrollo de los no convencionales es “una burbuja” que hay que mantenerla pero que no resolverá su demanda debido, entre otros factores, a que la producción de los shales se la hace casi inmediatamente pero su declinación es también velóz.

 

Bolivia no es un país petrolero y que debe concentrarse en el gas, aunque es urgente encontrar líquidos como una forma de encarar la dependencia del diésel...”

 

“Por eso Estados Unidos tiene que perforar entre 8 y 10 mil pozos por año para mantener su tasa de producción que le da su calidad de exportador de gas”, dijo preguntado hasta cuándo podrá mantenerse esta situación sin presentar problemas a su nivel de acuíferos, con la fractura.

 

“La Argentina hace tres años que descubrió Vaca Muerta y hace dos años ha comenzado a gestionar inversiones y apenas lo está logrando”, acotó recordando que perforar 5 a 6 mil pozos por año está muy lejos de las expectativas reales del vecino país.

 

Con estos argumentos, Michel dio por sentado que Bolivia no tiene problemas a nivel de mercado pues tanto Brasil como Argentina seguirán siendo, en su criterio, buenos compradores de gas. Asimismo, dijo que la nacionalización del sector hidrocarburífero ha sido positiva para el país asegurando que se tiene un IDH que se distribuye a todo el mundo, que en función del gas ha subido el nivel de vida de los bolivianos y, que este nivel debe ser mantenido.

 

Sin embargo, precisó que para mantener esta situación es imprescindible tener reservas suficientes para avanzar los próximos 20 años, lo que demandaría hacer una exploración intensiva cada año y poder reponer aquellas reservas que se están consumiendo.

 

“La relación recursos/producción siempre ha sido de 1 a 20, es decir, que si consumimos un millón hay que tener 20 millones de reservas, ese es el orden porque esa es la magnitud que se necesita para poder desarrollar campos descubiertos permanentemente; una capacidad que por el momento no la tenemos, hay que tener esa seguridad de que tendremos ese gas natural para consumo propio de aquí a 15 o 20 años y el resto hay que exportarlo”, precisó.

 

Agregó que:”lo que tenemos actualmente de bienestar económico está en función del gas, mañana tal vez será la agricultura, pero, por el momento, hay que cuidar los mercados del gas, tener un programa agresivo de exploración los primeros 10 años de aquí en adelante y luego hacer un programa de sostenimiento”.

 

PREMURAS

 

Desde la lógica de Iván Rodríguez, la dinámica en los intercambios de gas en la región no tendrían porque no continuar, considera que en los 44 años de historia del gas boliviano este ha subido a un muy buen ritmo fundamentalmente a mediados de los 90, reflejado en un crecimiento entre 7 y 8 % anual e incluso 14% y considera que con los planes de redes de gas del Gobierno, esto seguirá aumentando.

 

Tiene el criterio de que la población brasilera aun no ha satisfecho sus necesidades de gas en una mínima parte, que hay una demanda creciente también en la Argentina; en paralelo a la demanda interna y que, en esa dinámica, lo que produzca Bolivia no será suficiente para gasificar su economía y que existiría la premura por consolidarse como un proveedor de gas confiable y barato.

 

Plantea revisar las reservas de gas y los compromisos adquiridos tanto hacia fuera como con el mercado interno para no tener sorpresas desagradables a partir de 2016 cuando comienzan a expirar algunos compromisos contractuales con los denominados mercados “cautivos” del gas en la región.

 

Según Rodríguez, habrá que contemplar también el factor de ofertas paralelas al gas natural como el gas no convencional, el LNG y el hecho de si Bolivia continuará teniendo los excepcionales precios que goza en la actualidad.

 

“El negocio petrolero tiene tres pilares: recursos (reservas se llaman si están comprometidas comercialmente), mercados, y transporte asociado a la variable precio. Entonces, tenemos los dos ductos que seguirán funcionando, los mercados están ahí, el precio es una variable que se tendrá que manejar, el gran tema está en los recursos; en eso deberíamos concentrarnos, lo que falta son los recursos para volverlos reservas y, para ello, habrá que tener inversión. Tenemos ocho años para hacer pozos exploratorios”, señaló Rodríguez.

 

   
Ricardo Michel:

“… que las empresas petroleras se sinceren con el Gobierno porque se las ha acogido en Bolivia”.


 
Iván Rodríguez:

”el régimen fiscal en Bolivia es muy duro, las utilidades no llegan ni al 12% cuando en el mundo petrolero se gana entre 25 a 30 %”.
 
Nelson Cabrera:

“YPFB ha vuelto a ser monopolio de facto, está en toda la cadena aunque en forma corporativa, está generando buenos ingresos…”

 

En este momento del coloquio reconoció además que:”el régimen fiscal en Bolivia es muy duro, las utilidades no llegan ni al 12% cuando en el mundo petrolero se gana entre 25 a 30 %”.

 

Afirmó que: “si se ofrece un 10% de utilidades, las petroleras no van a venir y que se requiere, al mismo tiempo, una ley “más flexible”.

 

Su participación reflejó, en este marco, que la presión de los inversores, por lograr que el Estado les otorgue una serie de beneficios para decidir la inversión, además de asegurar un margen respetable de ganancia y un rápido retorno; es real.

 

Esto estaría ocurriendo en una región que, en su criterio, tiene un panorama expectante más aun cuando las reservas de hidrocarburos a nivel mundial tienen un crecimiento en los últimos 20 años del 62% y estarían alrededor de 6 mil 650 tcf.

 

QUE SEAN SINCEROS

Michel intervino demandando que: “las empresas petroleras se sinceren con el Gobierno porque se las ha acogido en Bolivia”.

 

“Es necesario que digan qué quieren para poder explorar, yo sé que quieren entre un 60 a 70 por ciento de utilidades, que los dejen exportar, que se borre la consulta previa, pero, que lo digan, que se porten bien con Bolivia, y dejen de hablar sólo de seguridad jurídica porque no hay gobierno que les garantice 50 años de contrato libre de contingencias”.

 

Michel opinó que tanto el Gobierno como las empresas deberían sostener un diálogo abierto y sincero para establecer una pronta dinámica exploratoria en el país y que, en ese marco, también se debería atender incentivos para explorar líquidos.

 

RETOS TECNOLÓGICOS

Para Cabrera, todo este panorama conlleva a hablar de retos tecnológicos en tanto Sud América siga siendo una de las regiones más dinámicas en el Upstream. Afirma que Brasil nuevamente se muestra activo en el licenciamiento de áreas, lo mismo que Trinidad Tobago, asegurando que dentro del mismo contexto, los recursos no convencionales avanzan de manera exponencial citando como ejemplo a Brasil y por supuesto a la Argentina.

 

Ubicó a Bolivia como “el eje central en Sud América para proveer energía” y también mencionó su preocupación por “la mínima actividad exploratoria en el país, sin cambios estructurales, algo que tendrá que ser manejada por YPFB”.

 

En coincidencia con los otros participantes, aseguró que si no se cambia este panorama, la inversión extranjera no llegará al país y se continuará retrasando la exploración.

 

Por tanto, junto a Michel y Rodríguez, Cabrera recomendó atender de manera urgente la exploración “para remover incertidumbres” que alejan la inversión en exploración, frente a un consumo que crece día a día; considerar el aporte de expertos; y no descuidar la exploración en busca de líquidos en el Sur del país.

 

Señaladas las posturas, cabe pensar si es probable que la falta de inversión derive, por un lado, de la falta de seguridad jurídica del negocio energético y, por otro, de la desconfianza en los pronósticos de desarrollo económico. En cualquier caso, se advierte que hay una dinámica convencida de la importancia de obtener mejores condiciones para la inversión o enfretar el desabastecimiento.

 

RENTA BRUTA

Consultados sobre el ránking ofrecido por la revista América Economía, que ubica a YPFB en el puesto 88 entre las 500 empresas más grandes de América Latina, Rodríguez afirmó que: “cualquier empresa que, como renta bruta tenga más de 6 mil millones de dólares, va a subir así, es una situación natural, efecto del cumplimiento de los contratos, ¿cuál es la buena letra?, que están cumpliendo con los contratos”.

 

Concordando con esta lectura, Michel acotó que esos ingresos, también convertidos en los barriles equivalentes de petróleo, cuanto más vende sube más de categoría, mientras Cabrera señaló que “en la medida que YPFB ha vuelto a ser monopolio de facto, está en toda la cadena aunque en forma corporativa, está generando buenos ingresos, y esos ingresos están traducidos en el puesto número 14”.

 

Según la AN YPFB, la estatal petrolera en materia de ventas está entre las 100 mejores empresas, y en la generación de utilidades se sitúa en el puesto 14 entre las 500 empresas más grandes de América Latina.

 

Refiere que “la estatal petrolera dio un salto de 45 escaños con relación al estudio de 2012, donde se ubicó en el puesto 133 de un total de 500. En 2011, YPFB se situó en el puesto 98. Esta gestión, YPFB está en el número 88, ya que sus ventas han pasado de $us 5.410 millones a $us 6.059 millones anuales”.