Uruguay carece de recursos energéticos y su sistema de generación de energía eléctrica se compone principalmente de hidroeléctricas, sin embargo, ha decidido impulsar de manera significativa la energía eólica y el uso del GNL. Con todo, es un país que está consciente que así como está obligado a optimizar el uso del recurso hidráulico, también debe optimizar el consumo del gas: su compra, su utilización y su venta.

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Uruguay carece de recursos energéticos y su sistema de generación de energía eléctrica se compone principalmente de hidroeléctricas, sin embargo, ha decidido impulsar de manera significativa la energía eólica y el uso del GNL. Con todo, es un país que está consciente que así como está obligado a optimizar el uso del recurso hidráulico, también debe optimizar el consumo del gas: su compra, su utilización y su venta.

Uruguay tiene básicamente dos vulnerabilidades en materia ener- gética: una es la que deriva de la volatilidad del precio del petróleo. La otra es la hídrica...””

En este marco, refiere que los actores privados van a invertir USD 1.700 millones en generación eólica y otros 550 millones en biomasa, mientras que en solar fotovoltaica el techo es de 400 millones.

“En total, para este lapso de ocho años, estamos con una inversión para el sector eléctrico de 6.790 millones de dólares, lo que equivale al 1,6% del PBI de ese período. El 50% corresponde a energías renovables”, anota.

Para Sosa, este salto en la inversión se da por dos razones: teníamos un retraso enorme en infraestructura, y estamos invirtiendo en energías intensivas en capital, en particular la eólica.

“Hemos tomado la decisión de entrar decididamente en el mercado de la generación eólica”, dice y agrega que, en esta línea, están desarrollando tres proyectos que constituyen una iniciativa de 280 MW cuyo promotor es UTE, con una inversión del orden de los 573 millones de dólares.

Refiere que el 70% de esta cifra es financiado por agencias de exportación de los países de origen de los aerogeneradores y que por el otro 30% entraran en sociedad afirmando que en estas condiciones UTE va a tener el 20% y por el 80% restante van a salir al mercado de valores, apostando a inversores institucionales y también a inversores particulares, mayoristas y minoristas, proponiendo a la gente ser socia de UTE en esta transformación.

Según Sosa, analizando la evolución de las tarifas es donde se puede poner a prueba lo que están haciendo, indicando que entre 2010 y 2013, las tarifas medias ajustaron el 72% del IPC.

“Si se aplica en julio una rebaja del 5%, el ajuste 2010-2014 será del 53% del IPC del período. Y la proyección para los tres años que van de 2014 a 2016 nos indica que tendremos en ese lapso un ajuste tarifario del 46% del IPC”, subraya agregando que estos son números elocuentes que mostrarían que los esfuerzos que están haciendo tienen su resultado en el costo de la generación de energía.

“Como decíamos al principio, esta realidad forma parte de un proceso que no empezó con esta administración", reitera y acota que:”El lanzamiento de la regasificadora se hizo en 2007, la línea de interconexión con Brasil se lanzó también en el período pasado. Se instalaron 380 MW de respaldo térmico en Punta del Tigre y en la Central Batlle y se inició la curva de aprendizaje en eólica y biomasa, al tiempo que se inició la reestructura”.

Para el ejecutivo de UTE, en este período (2010-2014) se finalizará la línea de interconexión con Brasil, se inició la central de ciclo combinado y también la regasificadora, y que así como se lanzaron y comenzaron a concretar los 1.300 MW de eólica, se dio un salto cualitativo en redes de trasmisión, se regularizó y racionalizó el alumbrado público y se aprobó la reestructura de la empresa, avanzando en el modelo de gestión acorde a las exigencias del tiempo que corre.

Sostiene que para responder a los retos futuros, el plan de acción consta de tres puntos fundamentales: Desarrollar y maximizar el retorno de las inversiones en infraestructura, asegurando que las inversiones tienen un fin: dar un mejor servicio a un menor costo.

“Esto tiene que traducirse en un retorno económico, que tiene que ver con la compra de gas y con la venta y regasificación en la región, con la compra y venta de energía eléctrica

también en la región, con la gestión de la demanda (redes inteligentes), con el desarrollo del transporte eléctrico, con la instalación de centrales de bombeo y acumulación que nos van a permitir incorporar más energías renovables que es lo que alimenta la baja de costos, con la innovación en la comercialización de paquetes de energía”, anota al visibilizar una clara apuesta por las energías alternativas pero también al GNL.

Afirma que el segundo punto a destacar sería el desarrollar capacidades de análisis, planificación y operación óptimas, indica que, en esta línea, la regasificadora almacenará casi tanta energía como las represas del Río Negro afirmando que:”Así como optimizamos el uso del recurso hidráulico, vamos a tener que optimizar el del gas: su compra, su utilización y su venta”, convencido de que teniendo la infraestructura, tienen que gestionarla de la mejor forma posible.

En criterio de Sosa, el objetivo general es que UTE contribuya a desarrollar la base material y técnica de la sociedad que posibilite tener un país más integrado, más soberano, con menos diferencias económico- sociales entre el campo y la ciudad, con un mayor desarrollo de las fuerzas productivas y más industrializado.