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Vesna Marinkovic U.
Santa Cruz/20/01/13

La presidenta de Brasil, Dilma Roussef ha anunciado destinar las ganancias del petróleo al financiamiento de programas de educación en un país que hace parte de un continente donde la mayoría de los países presenta un panorama no muy agorero en materia educativa hasta el 2015, de acuerdo a una investigación de la UNESCO.

En efecto, el estudio denominado “Situación Educativa de América Latina y el Caribe: garantizando la Educación de Calidad para Todos”, refiere que los niveles de analfabetismo han decrecido, pero a un ritmo que no predice un horizonte promisorio respecto de lograr el objetivo de Educación para Todos hacia el año 2015.

Destaca que “cerca de 35 millones de personas de 15 años o más se autodefinen como analfabetos, lo que combinado con los aproximadamente 88 millones de personas del mismo grupo etáreo que no han concluido sus estudios primarios, presenta un desafío de gran magnitud para las políticas educativas.”

“Todavía existen países con patrones de conclusión actual de educación primaria en los que al menos uno de cada cinco niños no concluye, siendo constatado también que 4,5 millones de personas de entre 15 y 19 años de edad no han finalizado este nivel educativo”, acota el informe.

En este marco, cuando la educación se presenta como especialmente ligada a la generación de mejores condiciones de vida en la población, el desarrollo productivo de los países y la adecuada toma de decisiones, Roussef, que representa a uno de los países de mayor desarrollo económico de la región, ha decidido destinar aproximadamente 6.000 millones de dólares, provenientes de la actividad hidrocarburífera, a un fondo para la educación.

La medida debería estar dirigida también a atender situaciones de “aprendizaje”; aspecto no muy desarrollado en los denominados proyectos educativos y que tiene que ver con el desarrollo de la identidad para encarar situaciones de compleja interculturalidad, y la autonomía, el autoconocimiento, la autoestima, el autocontrol y el manejo de las emociones, como establece dicho estudio.

La atención de estas asignaturas pendientes en América Latina y el Caribe, utilizando dineros provenientes de la explotación de hidrocarburos, sin duda que redundaría no solamente en el mejoramiento de los proyectos productivos sino también en la gestión de la administración pública y privada, a partir de una educación relevante, pertinente, eficaz, y eficiente, como propone la UNESCO, que trastoque la teoría y se incruste en la cotidianeidad de un continente que pese a todas sus adversidades y limitaciones, se muestra pujante y permanentemente codiciado por la cantidad de recursos energéticos que ostenta.