Todo lo que está bajo las aguas va a ser afectado, en algunos casos no precisamente de forma negativa ###

La Amazonia inundada:
advierten “riesgo energético”

 

Donde no llega el GLP, la leña está mojada

 

Rolando Carvajal

 

Fuera de las ciudades intermedias y los pueblos pequeños, allí donde no llegan los cables de electricidad o el gas licuado de petróleo (GLP) y donde leña y estiércol han quedado afectados por la crecida de las aguas, siendo esencial para cocer la comida y preservar la salud, hay posibilidades de “riesgo energético”.

 

Después del GLP (41 %), la principal fuente de energía en los hogares bolivianos es la biomasa (31 % compuesta por bosta, leña, y residuos vegetales orgánicos), seguida de la electricidad (21 %)

Esta eventualidad se desprende del panorama desolador de reses ahogadas y cultivos perdidos en regiones todavía alejadas del control del Estado, pues pese a que la cobertura del servicio eléctrico se ha elevado de 34,3% en el año 1976, a 77,1% el 2010, todavía no se puede hablar de un acceso universal a este servicio en el país.

 

Las entidades dedicadas a encarar el efecto de las inundaciones no han referido cifras precisas al respecto en tanto sus esfuerzos están concentrados en atender el desabastecimiento especialmente en los diversos mosaicos de la mancha urbana, sin que se conozca aun el daño energético de los damnificados del área rural, y en particular de los hogares dispersos en miles de caseríos y hogares remotos de la Amazonia

 

Juan Carlos Guzmán: Analista del CEDLA

 

Problemas para los más pobres ESCASEZ DE LEÑA SECA

 

Todo lo que está bajo las aguas va a ser afectado, en algunos casos no precisamente de forma negativa. Pero si el drenaje va tardar, es evidente que habrá escasez de leña, pese a las previsiones de los pobladores, que antes de las lluvias la guardan seca.

 

Ahora que se ha inundado todo, la gente no debe tener leña seca, los depósitos de comida y ropa se han humedecido, derivando en una carencia de alimentos, vituallas y energía.

 

Probablemente se haya registrado cortes de cables por la caída y rotura de postes debido a la inestabilidad de los terrenos. Se reportó casos en el ingreso a Caranavi. En Yucumo, Rurrenabaque, etc., es probable que algunas de las plantas eléctricas se hayan anegado y las previsiones son apagar las máquinas para evitar daños al motor o cortocircuitos en los generadores. Las imágenes muestran a pueblos con medio metro de altura de inundación, por lo menos. En la Amazonia el uso de la leña en los hogares es mayoritario. En Riberalta el 58 % de las familias urbanas usaba leña, según el censo anterior.

 

Parte de los envíos de GLP bajaba hasta Guayaramerín por el río Mamoré y otro tanto por la carretera desde La Paz hacia Pando y Riberalta pero también al centro del Beni (San Borja, San Ignacio). Si ambas vías han sido interrumpidas, la gente está sin energía, sin GLP, sin electricidad y sin leña. En zona de desastre es norma construir campamentos de emergencia abastecidos de energía desde otras regiones para instalar por ejemplo las ollas comunes.

Después del GLP (41 %), la principal fuente de energía en los hogares bolivianos es la biomasa (31 % compuesta por bosta, leña, y residuos vegetales orgánicos), seguida de la electricidad (21 %).

 

Pero en las áreas rurales el uso de leña y estiércol se eleva al 80 % de las familias, sobre todo para la cocción de alimentos, según datos censales, y el pequeño saldo restante es para iluminación y otros quehaceres. Con la humedad del medioambiente y las aguas entre las piernas; las cortezas y ramas mojadas, e inservible el estiércol de los animales, cerca de 130.000 habitantes del Beni rural e indígena estarían confrontando una delicada situación, por la subida del caudal de los ríos, a consecuencia de una inusual e intensa temporada de lluvias.

 

“Resumiendo: 30 % del consumo nacional es leña y bosta para cocción de alimentos”, remarca el analista Juan Carlos Guzmán, de Plataforma Energética/CEDLA.

 

La población rural en todo el país que habita en ciudades con menos de 10.000 personas asciende a 3.8 millones, de acuerdo con el Instituto de Estadísticas (INE).

 

El saldo oficial de las inundaciones al concluir febrero, sumaba 60.000 familias (equivalentes a 250.000 personas) y más de 100.00 reses muertas, e interrupciones diarias de caminos en diferentes regiones del país, aunque con mayor intensidad en las vías que llevan a la Amazonia boliviana: Pando Beni y el norte de Santa Cruz, La Paz y Cochabamba, incluidas muchas de las fluviales, por la crecida de la corriente.

 

“Es aquí donde cobra importancia un programa de GLP Rural, como política pública”, observa Guzmán. Su visión, sobre un país que por años había descuidado la infraestructura caminera y energética, refiere que actualmente la distribución en garrafas sólo atiende a la “demanda solvente” y que hay dificultades para la llegada del gas natural, licuado o eventualmente comprimido a las poblaciones más remotas.

 

En este marco, resaltó la importancia de contar con una política de sustitución de la biomasa por gas en cualquiera de sus formas, aumentando el consumo de la demanda interna en vez de exportar los excedentes.

 

 

Mientras tanto, la Agencia Nacional de Hidrocarburos anunció que garantiza el abastecimiento de diésel, gasolina y GLP a los conglomerados urbanos más importantes de la Amazonia, desde Rurrenabaque a Guayaramerín y desde San Ignacio de Mojos hasta Riberalta, pasando por Santa Ana del Yacuma.

 

Todo lo que está bajo las aguas va a ser afectado, en algunos casos no precisamente de forma negativa

“El combustible también está garantizado para el comando binacional (Bolivia-Venezuela) que continúa en la labor de ayudar a esas poblaciones afectadas”, dijo Gary Medrano, director de la ANH. Los envíos a ciudades intermedias y pueblos mayores como San Buenaventura y Reyes al este, o San Ramón, San Joaquín y Magdalena al noreste, se realizan mediante embarcaciones contratadas y Transnaval, luego que Vías Bolivia anunciara una serie de cortes intempestivos en carreteras.

 

“La única vía de acceso es a través del río Mamoré desde Trinidad. A San Ignacio de Moxos, se está transportando GLP vía fluvial ya que es imposible llegar vía terrestre desde Trinidad o San Borja”, reportó la Agencia.

 

Los esfuerzos, sin embargo, no terminaban de abastecer la demanda mientras Santa Ana del Yacuma, en el Beni, se declaraba así mismo zona de desastre y emergencia pese a la negativa del Gobierno para extender la declaratoria todo el país.