En tiempos de tierra mojada por la lluvia, con su gesto de angustia, me exijo ser positiva y pensar que, de lo malo, es necesario sacar algo bueno. Por tanto, reactualizo mi interés por las denominadas energías limpias y me sorprendo con la siempre innovadora energía que nos llega del agua, y sus varias formas de evolución que ya es una tendencia plagada de futuro, eso es lo que por lo menos dicen los expertos, expertos en el desarrollo de la energía proveniente de los movimientos del agua.

Esta es, sin duda, una posibilidad en permanente desarrollo que vale la pena considerar, más aun si concordamos en que con esta energía podemos evitar las severas emisiones de los combustibles fósiles que impactan negativamente en el medio ambiente. Se trata, no hay duda, de la energía mareomotriz, undimotriz y de energía de las corrientes, como señala una nota del portal sustentador.com

Rodrigo Herrera Vegas sostiene, en dicha nota, que la energía mareomotriz se basa en el aprovechamiento energético de los océanos a través del movimiento natural de las mareas. Agrega que con turbinas semejantes a los molinos eólicos, este tipo de tecnología permite generar electricidad, pero con fuente localizada debajo del océano.

En cambio, dice, la energía undimotriz se genera a través de un sistema de pistones que se sirven del movimiento vertical de las olas mientras que la energía de las corrientes aprovecha esta fuente marina para movilizar turbinas subacuáticas y generar electricidad. De una forma o de otra, todas ellas se sirven del agua marina antes que sucumbir simplemente a su fuerza arrolladora.

Herrera informa que dicho proyecto responde a un trabajo conjunto entre la Compañía de Energía Renovables de Océano y el Departamento de Energía Estadounidense mientras anuncia que en la costa patagónica argentina, allá donde también se sabe que existe un importante potencial de shale gas, hay tres regiones aptas para este tipo de energía.

Señala que los resultados teóricos parecen alentadores pues este país tendría un potencial de hasta 40.000 MW de energía mareomotriz. Una proyección que si de generación se trata, mueve a pensar, en sus interesantes perspectivas.

Sin embargo, las expectativas se apaciguan al comprobar que el desarrollo de estos proyectos tampoco está libre de impactos al medio ambiente. Los elevados niveles de contaminación acústica, proveniente de actividades como la perforación en el fondo marino, no han dejado de ser considerados como una limitación para este tipo de generación de energía.

Se sabe que a la fecha ya se tienen registros, por ejemplo, de horas de ruido de los vuelos de los helicópteros que asisten las actividades petroleras en los campamento y que la implementación de la energía mareomotriz está siendo altamente criticada por los ambientalistas por el insoslayable impacto en los animales marinos. Por tanto, la posibilidad está abierta al mismo tiempo que la controversia en torno a esta nueva iniciativa de replegar los combustibles fósiles frente al avance de las denominadas energía “limpias”. ¿Estaremos en una especie de callejón sin salida?

AUTORA:
Vesna-Marinkovic-U.-
Vesna Marinkovic U.