Opinión - Temas
Miércoles, 3 de Octubre, 2012

Finalmente YPFB ha instruido contratar los servicios de una empresa que realice el tratamiento y remediación de lodos contaminados de las piletas sludge en los complejos refineros Guillermo Elder Bell en Santa Cruz y Gualberto Villaroel en Cochabamba, destacando la importancia del seguimiento a la remediación ambiental; una asignatura todavía pendiente en Bolivia, pese a la importante actividad extractivista que se realiza en el sector hidrocarburífero.

Antes de este anuncio oficial, había una notoria preocupación sobre la debilidad en materia de remediación ambiental, específicamente en el área de refinación, que estaría provocando un innegable daño ecológico en el país, pese a lo establecido en el Artículo 73 de la Ley 1333 de Medio Ambiente, de 27 de abril de 1992, que señala como obligatorio implementar planes de contingencias para evitar derrames de hidrocarburos y otros productos contaminantes.

Los expertos señalan que la falta de control en los planes de remediación terminan en problemas de residuos ambientales que pueden ser altamente contaminantes. Indican que en los procesos de refinación existe la necesidad de realizar una apropiada gestión de los productos químicos que no se reducen, tales como el tetraetilo de plomo y que, al momento, estarían acumulados en tambores, sin medidas adecuadas de protección. A falta de un tratamiento y control, podríamos estar frente a efectivas situaciones de escurrimiento de estos químicos con la consiguiente afectación de los terrenos agrícolas, el agua y la salud de personas y animales circundantes a las dos refinerías mencionadas.

El Gerente General de YPFB Refinación S.A., Guillermo Achá, ha señalado que: “Los pasivos de las dos refinerías no fueron tratados hace más de 30 años. Los lodos de las Piletas Sludge se clasifican como lodos contaminados con hidrocarburos los cuales se generaron como resultado de las operaciones de las refinerías, por tanto, se tiene previsto ejecutar las actividades de tratamiento con la empresa que se adjudique esta licitación, durante los primeros meses de la gestión 2013”, precisando que se priorizará la remediación de los pasivos ambientales en estas dos refinerías.

Aseguró que el servicio de remediación de pasivos ambientales se ejecutará con tecnologías probadas y observando la legislación nacional vigente, además de normas técnicas y estándares internacionales. Con todo, sería necesario evaluar la institucionalidad estatal para tal efecto, así como reflexionar sobre falencias de procedimientos administrativos, legales y económico financieros para habilitar el diálogo, la reflexión y la gestión sobre un tema que exige una visión de conjunto, en base a una política nacional integral, contabilizando, apropiadamente, la expansión de la frontera hidrocarburífera en el país.

Por el momento, el Informe de Estado ambiental de Bolivia 2007-2008, publicado por LIDEMA, concluye señalando que las ecorregiones y ecosistemas en situación crítica por efectos también de contaminación, suman aproximadamente unas 34 millones de hectáreas, es decir un tercio del país (Ribera, 2008), en tanto el Artículo 112 de la Ley 1333, indica que el que deposite, vierta o comercialice desechos industriales líquidos sólidos o gaseosos poniendo en peligro la vida humana y/o siendo no asimilables por el medio ambiente, o no cumpla las normas sanitarias y de protección ambiental, sufrirá la pena de privación de libertad de hasta dos años. Una sanción que, sin duda, amerita también una reflexión.