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Santa Cruz, 23 de Diciembre (ENERGIABolivia).- Bolivia se ha propuesto lograr el acceso a la electricidad del 100% de la población boliviana hasta 2025. Actualmente hay más de medio millón de familias sin luz. Las viviendas en áreas dispersas son las más difíciles de llegar, tanto por el alto costo de extensión de la red, como por la inaccesibilidad a ciertas zonas. Se calcula que por lo menos 200.000 familias requerirán de electrificación con sistemas descentralizados.
El  problema es que el suministro es lento y por año se logra llegar con sistemas fotovoltaicos a 20.000 familias. Se usan los equipos de 50 a 60 kilos de peso, con panel y accesorios con los que se tiene que caminar hasta seis horas antes de llegar a quienes lo necesitan.   A ese ritmo, se  necesitarían lo menos 25 años para abastecer de electricidad a las familias que carecen de energía. Aún cuando se duplicara la cantidad de instalaciones aisladas, dentro de doce años recién se podría  llegar al 100% de la población con electricidad, sin contar con el crecimiento vegetativo.   

El representante de Energética, Miguel Fernández, asegura que se requiere de un cambio de tecnología y de modelo de suministro, puesto que el actual de licitación a empresas es lento.  Plantea el acceso a energía limpia, económica y accesible a través de las microfranquicias. En cuanto a tecnología, ya se cuenta con sistemas fotovoltaicos de tercera generación. La primera data de los años 80, con placas fotovoltaicas, reguladores de carga y otros artefactos. En los años 90 se dio un salto cualitativo con una mayor eficiencia gracias a los fusibles electrónicos y baterías, sin necesidad del acumulador central. La tercera generación de equipos usa lámparas led, baterías de litio, un panel, un regulador y una batería  con los que se puede contar con un sistema fotovoltaico modular, fácil de complementar . Es el sistema “plug and play” (enchufe y use)  que disminuye la necesidad de recursos humanos calificados y pesa sólo unos 6 kilos, nueve veces menos que un sistema fotovoltaico clásico.    

Las franquicias son sistemas de comercialización que otorgan derechos, conocimiento, asistencia técnica  y, a cambio, el franquiciado para regalías por un tiempo y por un territorio.
Fernández explica que el sistema de microfranquicias está pensado en la gente pobre, exige una inversión modesta, se acompaña de crédito y no paga regalías. Además alivia la pobreza al dar empleo y ofrece servicios con base de pirámide. El fin es social. Los actores son los microfranquiciadores, que conocen del negocio, los fabricantes y las microfinancieras u organizaciones de desarrollo sostenible.  
El modelo tradicional de microempresa acoge iniciativas, forma a los microempresarios y los lanza a su suerte para que sobrevivan “los más aptos” , logrando una sostenibilidad del 7% de los participantes. En cambio, el de microfranquicias diseña el paquete, identifica a los sectores que pueden capacitarse, les apoya con financiamiento de capital e incentivos, presta asistencia  técnica para el desarrollo del mercado y el desarrollo empresarial. Impulsa las ferias de promoción y capacita periódicamente.

Para la dotación de electricidad a familias de poblaciones alejadas, se identifica la necesidad energética del grupo, el paquete de negocios , por ejemplo las pico lámparas, y se diseña un proyecto piloto de expansión.

El sistema de microfranquicias tiene las ventajas de lograr un proceso sostenible, atención permanente, desarrollo del mercado en tiempos cortos y baja “mortandad” de los franquiciados. En cuanto a las desventajas se puede señalar que es un proceso de largo aliento, necesita inyección de capital y filosofía de creación de negocios.

En el área rural, los microfranquiciados pueden duplicar sus ingresos  y llegar a un gran número de familias de forma que en unos tres a cuatro años se puede cubrir un millón y medio de familias que cuenten con pico lámparas y accesorios para el uso de celulares, pilas recargables, lámparas adicionales, lectores de discos compactos (DVD) y televisión.

Ese el desafío que emprende Energética, junto con el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) con el objetivo de lograr el acceso universal a la electricidad en Bolivia.
Autor: María Luisa Mercado
 
FUENTE: María Luisa Mercado