COLUMNA TEMAS

¿Somos un país patético?

2020-06-12 00:43:54 / EL DÍA

¿Desaparecer al hombre en aras del progreso?

2020-05-13 20:06:15 / EL DÍA

El ser humano, una triste paradoja

2020-04-27 13:59:08 / EL DÍA


Ver más notas
El Senado mexicano dio a conocer un histórico proyecto de ley de energía el sábado (7 de diciembre) que va más allá de lo esperado para poner fin al monopolio del Estado sobre la industria petrogasífera.

Tras meses de negociación entre el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el mayor conglomerado opositor, el Partido de Acción Nacional (PAN), por fin se despachó el proyecto de ley al Senado durante el fin de semana. El PAN, alineado a la derecha del espectro político, se estaría saliendo con la suya con un proyecto de ley proclive al mercado.

La legislación, que actualmente se analiza en las comisiones del Senado, admitiría una serie de contratos de exploración y producción, además de licencias, producción compartida y reparto de utilidades. El único mecanismo que seguirá prohibido será la concesión.

El extenso documento de 300 páginas estipula que "en cualquier caso, los hidrocarburos en el subsuelo son propiedad de la nación" y todos los contratos futuros entre el Estado y los privados reforzarán aquello. No obstante, el cambio más importante introducido desde que el presidente Enrique Peña Nieto presentara su propuesta energética en septiembre pasado es que los privados sí tendrían derechos a los hidrocarburos sobre boca de pozo.

Las concesiones y contrataciones estatales en todas las actividades en los sectores midstream y downstream también estarían permitidas en virtud de la normativa propuesta.

UNA NUEVA PEMEX

El proyecto de ley recalca la transformación de la petrolera estatal mexicana, Pemex, en una "empresa pública productiva", cuyo objetivo primordial será la creación de valor económico.

En virtud de la propuesta de ley se le otorgará a la empresa estatal -expuesta históricamente a los caprichos políticos- una nueva autonomía y se sometará a reestructuración para cumplir con los estándares internacionales de la industria.

Como empresa estatal, se le dará derecho prioritario sobre todas las actividades de exploración y producción. El Estado llevará a cabo una "ronda cero" en la cual Pemex reivindicará sus derechos en ciertas áreas geográficas. Las áreas no reservadas por Pemex se abrirán a nuevos esquemas contractuales.

FONDO MEXICANO DE PETRÓLEO

Uno de los mayores aciertos del PAN en el proyecto es la creación del fondo soberano para administrar los ingresos del petróleo, denominado Fondo Mexicano de Petróleo.

El organismo recaudará todos los ingresos públicos y privados del petróleo adeudados al Estado y enviará la mayor parte a las arcas del gobierno para financiar el presupuesto nacional, pero invertirá el remanente.

El fondo, que tendría a Banco de México como fiduciario, separaría a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de la industria petrolera.

REGULACIÓN

Sin embargo, el PAN no consiguió lo que quería en regulación, pues había solicitado que los reguladores energéticos CRE y CNH se convirtieran en organismos constitucionalmente autónomos.

A los reguladores se les otorgará nueva autonomía en el proyecto de ley, solo que no a nivel constitucional. También asumirán nuevas responsabilidades.

La CRE regulará y gestionará las contrataciones y concesiones en todas las actividades midstream y downstream. En tanto, la CNH será el organismo técnico a cargo de administrar los contratos de exploración y producción, junto con la Secretaría de Energía (Sener).

El proyecto de ley también dispone la creación de otros reguladores: la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos, el Centro Nacional de Información de Hidrocarburos y el Centro Nacional de Control de Gas Natural.

A pesar de la considerable elaboración del proyecto de ley para detallar el panorama del futuro sector energético mexicano, los únicos cambios legales aplicables a este proyecto son de orden constitucional. La legislación pondría fin al monopolio estatal y permitiría contratar a privados.

Aunque en el proyecto de ley se contemplaron directrices para futuros reglamentos de estas modificaciones constitucionales, los detalles del nuevo sector petrolero mexicano no estarán garantizados hasta que el próximo año se presente la legislación secundaria.

FUENTE: bn americas