La fiebre del shale gas está llegando a América del Sur. El Ceo de YPF, Miguel Galuccio, declaró hace algunos días que la independencia energética argentina está a un paso y que esto será posible optimizando la explotación de gas convencional y, también, incursionando en la exploración del shale gas que agregaría un potencial enorme a la “estantería” energética de ese país.

Según un reporte de Hidrocarburos Bolivia, Galuccio hizo alusión al caso norteamericano señalando que Estados unidos hace 10 años realizó un plan energético en el que pusieron como estandarte el desarrollo de sus propios recursos; ejemplo que, probablemente guardando las distancias, Argentina está dispuesta a replicar.

Galuccio habría afirmado que "YPF, el país y los argentinos hoy, estamos en un punto fundamental donde tenemos que tomar una decisión muy importante: si queremos ser independientes energéticamente o no", exhortando a la producción de sus propios recursos y en particular del gas no convencional

La fortaleza argentina en materia de gas de esquisto o shale gas viene, como ya lo señalamos en artículos anteriores, del campo Loma La Lata en Argentina -descubierta por Repsol poco antes de la nacionalización de sus acciones en YPF- y que está considerada como un campo auspicioso en este tipo de gas.

Sin embargo, no todo parece ser tan favorable en la realidad pues para que de acá a cinco años la Argentina comience a revertir el déficit energético que soporta desde 2004 a la fecha, vía el shale gas, está obligada a cumplir algunas condiciones impuestas por las grandes empresas del sector. Por ejemplo, presentar un nivel de precios que incentive la exploración y haga rentable la producción, además de responder a la siempre presente demanda de contar con reglas de juego claras y mantenerlas estables en el tiempo.

Los expertos señalan que, además, será urgente que Argentina mejore su logística y tenga la capacidad de implementar una cadena de proveedores adecuada para cumplir con este objetivo.

Por el momento, un informe de la Administración de Información Energética del Departamento de Energía de Estados Unidos sobre las perspectivas mundiales del shale gas, refiere que la Argentina tendría “recursos técnicamente recuperables” por 774 TCF (billones de pies cúbicos), lo que colocaría a este país como el tercero del mundo con mayor reserva de shale gas, representando un 11% del total estimado a nivel global, detrás de China y Estados Unidos.

De acuerdo a esta fuente de información, más de la mitad de esa disponibilidad estaría precisamente en la Cuenca Neuquina, dato que estaría en la base de las recientes declaraciones de Galuccio y que coloca a la Argentina en particular y a América del Sur en general, en el centro de la expectativa mundial en materia de shale gas.

Con todo, las proyecciones de Argentina, especialmente las de largo plazo, son claramente optimistas, incluso a nivel de la tecnología que permite la extracción de gas y petróleo entrampados en las rocas que implica fuertes inversiones en equipos y operaciones. Todo esto, sin embargo, no elimina la preocupación de los sectores medioambientalistas enfocados a rechazar la técnica del fraking que posibilita la extracción de este gas no convencional, por considerarla extremadamente agresiva para el medio ambiente.

AUTOR
VESNA MARINKOVIC









FUENTE
EL DIA